¿Programas formativos online o presenciales?
A raíz de las restricciones de movilidad vividas en el contexto de la pandemia durante los años 2020, 2021 y parte de 2022, ha habido un cambio en la sociedad en el cual ha aumentado exponencialmente el teletrabajo, al igual que las formaciones y los programas de ejercicio en modalidad online. Incluso está haciendo aparición la telemedicina. Vamos a hablar de las ventajas y desventajas de este fenómeno, y qué implicaciones puede tener en la productividad, en el absentismo laboral por bajas médicas, o incluso en la salud mental.
¿Qué ventajas nos aporta el online?
Esta explosión del mundo telemático tiene ventajas e inconvenientes, como todo. Empecemos analizando algunas ventajas: menos desplazamientos, lo que implica mayor tiempo disponible y menor contaminación. Más flexibilidad horaria, lo cual también es muy positivo si sabemos organizarnos, y nos permite una mayor conciliación familiar.
El poder teletrabajar parcialmente, hacer formaciones online, seguir programas de ejercicio a través de plataformas telemáticas, o incluso implementar la telemedicina, permite ahorrar muchos desplazamientos, de modo que se reduce la contaminación. Esto es importante porque solo tenemos un planeta para vivir y tenemos que cuidarlo, realizando muchas acciones, siendo quizás una de las más relevantes la reducción de gases con efecto invernadero como el CO2.
Del mismo modo, el ahorro de desplazamientos supone un ahorro de tiempo, que si está bien empleado nos permite ser más productivos en nuestro día a día. Si me ahorro el desplazamiento a la universidad puedo tener más tiempo para estudiar, y si me ahorro el desplazamiento al gimnasio quizás la excusa de no tener tiempo para hacer ejercicio pierda fuerza.
Por último, el poder realizar una formación o un programa de ejercicios de manera online nos da mucha flexibilidad horaria, y a lo mejor resulta ser el elemento clave para que podamos realizarlo.
Por supuesto, la presencialidad tiene otras ventajas a favor del online, de lo cual vamos a hablar ahora.
¿Y qué ventajas tiene la modalidad presencial?
Somos personas y mamíferos. Necesitamos el contacto físico y la interacción en persona para que se nutran las relaciones sociales. Por tanto, tenemos que aprovechar las ventajas del mundo telemático sin abusar de él. En una organización 100% de teletrabajo es difícil que prosperen las relaciones sociales, lo cual va a afectar al trabajo en equipo y por tanto a la productividad. Lo mismo ocurre si se realiza toda una carrera universitaria en modalidad online. A pesar de la flexibilidad y por tanto las oportunidades que brinda esta modalidad, nos estaríamos perdiendo la vida universitaria, con todas las relaciones sociales que se crean en esta etapa.
Además, esto redunda negativamente en la salud mental. La falta de relaciones sociales aumenta el riesgo de depresión y ansiedad, que son una de las principales causas de absentismo laboral por bajas médicas.
Finalmente, la presencialidad facilita la supervisión, que trasladado a las formaciones fomenta un feedback más continuo, real y completo. En una formación presencial al profesor le resulta mucho más fácil observar tus avances y ayudarte con tu aprendizaje, que de eso se trata.
¿Por tanto, qué es mejor? ¿Formaciones online o presenciales?
Como hemos visto, todo tiene sus ventajas y sus inconvenientes, y elegir negro o blanco no suele ser nunca una decisión acertada. Tenemos que escoger entre toda la gama de grises que hay en medio. Los programas de ejercicio y las formaciones online nos permiten un gran ahorro de tiempo y mucha flexibilidad, lo que facilita mucho su cumplimiento. Hoy en día estamos muy ocupados y el tiempo es oro. Por eso también es muy importante organizarse bien.
Ahora bien, ¿son igual de efectivas las intervenciones telemáticas de ejercicio físico y hábitos saludables que las presenciales?
En 2021 publicamos un artículo en la revista International Journal of Environmental Research and Public Health en el que comparamos una intervención de hábitos saludables + ejercicio físico presencial versus ejercicio físico dirigido de forma telemática. El motivo fue que el confinamiento que tuvo lugar por la pandemia de COVID-19 cayó en medio de una intervención de ejercicio físico con empleados universitarios, y hubo que adaptarla a formato telemático. Afortunadamente, se pudo evaluar a los participantes 12 meses después de finalizar el estudio, comprobando la eficacia del programa a largo plazo a la hora de mantener hábitos de ejercicio físico o de adherencia a la dieta mediterránea, que además redundó en una mejora de la calidad de vida.
Esta intervención fue un éxito, más aún tratándose de esa situación histórica y excepcional que vivimos. Para darle una mayor relevancia al estudio, quisimos comparar los resultados de esa intervención realizada durante la pandemia frente a otra intervención 100% presencial realizada un año antes. Comprobamos que no hubo diferencias estadísticamente significativas entre ambas intervenciones, por lo que el ejercicio supervisado de forma presencial o telemática no fue un factor diferencial a la hora de lograr que empleados universitarios con sobrepeso y malos hábitos alimenticios lograran incorporar y afianzar hábitos saludables en su día a día y mejorar su calidad de vida.
Concretamente, gracias a la intervención de hábitos saludables y ejercicio físico con supervisión telemática los participantes del estudio triplicaron sus niveles de actividad física, aumentaron un 40% su adherencia a la dieta mediterránea y un 15% su manejo del estrés, redujeron un 33% su tiempo sentado diario.
Dejamos aquí el enlace al artículo:
https://www.mdpi.com/1660-4601/18/22/12198
Por tanto, podemos concluir que las intervenciones de ejercicio físico y hábitos saludables online pueden ser igual de eficaces que las intervenciones presenciales, además de presentar las ventajas logísticas y de flexibilidad de las que ya hemos hablado.
¿Y qué mensaje nos llevamos para la empresa?
El mensaje que debemos llevarnos es que realizar un programa de formación online sobre hábitos saludables y ejercicio físico en el seno de nuestra empresa puede servirnos para combatir el sedentarismo y mejorar los hábitos nutricionales de los empleados al igual que su calidad de vida. Tendremos entonces empleados más sanos, con menos estrés y que se sentirán más queridos por su empresa, y en consecuencia serán más productivos. Además, reduciremos el absentismo laboral ya que aumentando sus niveles de actividad física podremos prevenir fácilmente patologías que frecuentemente causan bajas laborales como las lumbalgias o los dolores de cuello.
Por último, se ha visto que estos programas consiguen mejorar el componente mental de la calidad de vida, y por tanto tienen un impacto positivo en la reducción de otros motivos frecuentes de bajas laborales como el estrés o la depresión.