Implementar la dieta mediterránea en las empresas: reducción del riesgo cardiovascular
¿Qué es la dieta mediterránea?
La dieta mediterránea, un modelo alimentario arraigado en la cultura de las regiones que bordean el Mar Mediterráneo, ha llamado la atención de la comunidad científica por sus potenciales beneficios para la salud. Esta dieta se caracteriza por su énfasis en el consumo de alimentos ricos en ácidos grasos saludables, como los monoinsaturados y poliinsaturados presentes en el aceite de oliva, así como en la incorporación de frutas, verduras, legumbres, frutos secos, semillas, cereales integrales, pescado y cantidades moderadas de vino tinto, y una reducción en el consumo de carnes rojas, alimentos procesados y sal.
¿Cuáles son sus beneficios para la salud?
Numerosos estudios han vinculado esta dieta con una serie de beneficios para la salud, desde la reducción de la inflamación y el daño oxidativo del ADN hasta mejoras en la sensibilidad a la insulina, la presión arterial y el perfil lipídico. Estos efectos combinados pueden contribuir a la prevención de enfermedades cardiovasculares, diabetes tipo 2, algunos tipos de cáncer y otras afecciones crónicas.
¿Se ha aplicado como tal en las empresas?
A pesar de los reconocidos beneficios de la dieta mediterránea, existe una brecha en la evidencia sobre su aplicación y efectividad en entornos laborales para reducir los factores de riesgo cardiovascular entre los empleados. Esta laguna motivó la realización de una revisión sistemática para evaluar el impacto de las intervenciones basadas en la dieta mediterránea a la hora de reducir el riesgo de desarrollar enfermedades cardíacas y metabólicas (García-Pérez-de-Sevilla et al., 2022)
Se realizaron dos intervenciones de dieta mediterránea con los trabajadores de una central nuclear en Israel, donde la dieta mediterránea es una tradición. Lo más interesante es que estas intervenciones redujeron el riesgo cardio-metabólico sin necesidad de que los participantes perdieran peso. ¿Cómo lo lograron? Principalmente, al aumentar la adhesión a la dieta mediterránea.
Ambos estudios tuvieron una duración de 12 meses, y se comparó una intervención dietética que combinaba una dieta mediterránea baja en carbohidratos con otra dieta baja en grasas. Los participantes, en su mayoría obesos, aumentaron su adherencia a la dieta mediterránea, lo que resultó en una mejora notable en su perfil lipídico y en la sensibilidad a la insulina. Esto significa que se redujo el riesgo cardio-metabólico para estos individuos.
La intervención más efectiva incluyó un almuerzo personalizado en la cafetería del lugar de trabajo, además de talleres mensuales sobre los beneficios y particularidades de la dieta mediterránea. Esta estrategia adaptada a cada empleado resultó ser la más exitosa para mejorar la salud cardio-metabólica de manera significativa
Otro estudio llevado a cabo en los Estados Unidos no logró reducir el riesgo cardio-metabólico, probablemente debido a la dificultad para alcanzar resultados significativos en la adherencia a la dieta mediterránea, dado que esta dieta no está tan arraigada en la cultura estadounidense como en otras regiones.
¿Qué aplicaciones prácticas sacamos para las empresas?
Las implicaciones para la práctica de salud ocupacional son significativas. Los servicios de prevención de riesgos laborales podrían considerar la implementación de menús basados en la dieta mediterránea en las cafeterías de las empresas, promoviendo una mayor ingesta de frutas, verduras, aceite de oliva, semillas y pescado, y reduciendo el consumo de carnes rojas y procesadas, así como de alimentos con alto contenido de sal.
Además, la realización de formaciones nutricionales, explicando las características y los beneficios de una dieta saludable, podría ser una estrategia valiosa para mejorar la salud de los empleados y reducir los riesgos asociados a enfermedades crónicas. Este enfoque no solo promovería la salud general de los trabajadores, sino que también podría influir positivamente en su bienestar y desempeño laboral.
En Healthy Workplace, ofrecemos programas de ejercicio físico y hábitos saludables formativos, que suponen una gran acción de promoción de la salud dentro de las empresas, anticipándonos al desarrollo de enfermedades crónicas y otras condiciones que afectan a la salud de los empleados.
Enlace al link del artículo científico:
https://journals.sagepub.com/doi/10.1177/21650799211045708?url_ver=Z39.88-2003&rfr_id=ori:rid:crossref.org&rfr_dat=cr_pub%20%200pubmed