¿Duermes mal? Cómo mejorar la calidad del sueño y qué impacto puede tener en la productividad laboral
¿Cuántas horas hay que dormir al día? ¿7, 8, 10? Los expertos recomiendan entre 7 y 8 horas al día de sueño para las personas adultas, aunque hay factores individuales. Hay personas que logran descansar bien durmiendo 6 horas, y otras que necesitan 8 e incluso 9 horas diarias. Y en la historia se dice que Napoleón Bonaparte dormía tan sólo 2 horas diarias. Puede ser también que de jóvenes durmiésemos 8 horas diarias, y con el paso de los años no logremos dormir más de 6 horas. Esto es relativamente frecuente y tiende a normalizarse.
Por un lado, hablamos de cantidad de sueño, que es necesario para que tengan lugar varios ciclos de sueño completos, y por otro lado de calidad. La calidad del sueño hace referencia a que éste sea profundo e ininterrumpido, y que por tanto sea reparador. Esto tendrá una gran repercusión sobre nuestra salud, sobre la productividad laboral, y sobre el absentismo laboral.
¿Qué factores que influyen en la calidad del sueño?
La calidad del sueño depende de múltiples factores. Algunos son de la propia habitación. Por ejemplo, ésta debe estar correctamente ventilada, aislada de ruidos, a una temperatura templada, y a poder ser decorada con colores discretos. Otros factores dependen o forman parte del estilo de vida de la persona. Por ejemplo:
- Uso de pantallas: se ha demostrado que debido a la luz azul que desprenden los teléfonos móviles y las pantallas de los ordenadores, el uso prolongado de pantallas y especialmente en las 2 o 3 horas antes de irnos a dormir, dificulta la conciliación del sueño, ya que inhibe algunos procesos clave. Por tanto, se debería limitar el uso de esas pantallas a esas horas.
- Estrés y ansiedad: sin duda, estos trastornos psicológicos son a menudo causantes de insomnio, lo cual no debemos combatir medicándonos con somníferos (o al menos no como única solución) y sí atacando a la raíz del problema.
- Nutrición: existen sustancias presentes en los alimentos que son precursoras del sueño, como la melatonina y el triptófano. Una dieta sana y equilibrada como la dieta mediterránea nos ayudará a tener un sueño de mayor calidad.
- Actividad física: el ejercicio físico ayuda a conciliar el sueño, mientras que el sedentarismo favorece una serie de mecanismos que lo dificulta, por tanto éste será otro factor a abordar si padecemos problemas de sueño.
¿Y qué impacto real tiene la calidad del sueño sobre la salud?
Un sueño insuficiente o de mala calidad no será reparador, lo que se traduce en que no tendrán lugar todos los procesos regenerativos necesarios en el organismo. Estos procesos son tan importantes para la salud que un descanso inadecuado aumenta el riesgo cardiovascular, el riesgo de sufrir lesiones, y por supuesto tendrá un impacto negativo en procesos cognitivos como la capacidad de concentración o la memoria. Por tanto, el sueño tiene un impacto significativo sobre la salud a corto y largo plazo.
¿Cómo afecta esto al absentismo y a la productividad laboral?
Si nuestros empleados duermen mal, su rendimiento inmediato y su productividad se verán reducidas por tener una menor concentración, memoria, y capacidad de aprendizaje. Además, a largo plazo su salud sufrirá un mayor deterioro, por lo que será más probable que desarrollen enfermedades que les supongan una baja laboral.
Por todo ello, debemos formar a nuestros empleados en hábitos de estilo de vida saludable, lo cual ayudará a que mejore su calidad del sueño. ¡Te recomendamos que pruebes el programa de Healthy Workplace! Estarás invirtiendo en salud, y como hemos comentado en otros posts esta inversión será rentable para todos: para los empleados, para la empresa, y para el sistema sanitario.