Artrosis y … ¿edad? ¿O estilo de vida?
¿Qué es la artrosis?
La palabra artrosis significa degeneración de la articulación. Una articulación es la unión de dos o más huesos, donde se genera movimiento. El extremo de estos huesos está compuesto de cartílago, que es la parte donde contactan entre sí. El cartílago aporta amortiguación de las cargas y deslizamiento, para permitir un movimiento sin apenas roce o resistencia, muchas veces al día, durante toda la vida.
Este cartílago puede sufrir desgaste a lo largo de los años, en función de múltiples factores de los que luego hablaremos, y poco a poco erosionarse hasta casi desaparecer. En ese caso, los huesos chocan directamente entre sí, produciéndose dolor y rigidez. A esto se le denomina artrosis. Para hacer un símil, sería como haber gastado las pastillas de freno de las ruedas de un coche, y estar chocando directamente con el disco de freno. Por tanto, a modo de resumen, tener artrosis significa que nos hemos quedado sin cartílago en las articulaciones, y por tanto sin elemento amortiguador. Ojo, una persona con artrosis puede tenerla en una sola articulación, y también puede tenerla de forma generalizada.
Artrosis y edad
De toda la vida se asocia la artrosis con la edad avanzada. Y realmente, sin ser demasiado observadores, podemos ver a nuestro alrededor que son las personas mayores las que tienen artrosis. Desde un punto de vista lógico y sencillo, a mayor uso de las articulaciones mayor desgaste, y por tanto cuantos más años cumplamos más probabilidades tendremos de sufrir artrosis. También esto nos lleva a pensar: “Qué mal diseñado está el cuerpo humano. Al final el cartílago desaparece y tenemos artrosis”. Durante cientos de miles de años y hasta el año 1900 la esperanza de vida mundial no superaba los 40 años. Y en los últimos 100 años prácticamente se ha duplicado (considerar la perspectiva mundial). Esto quiere decir que nuestra genética y en este caso nuestras articulaciones están diseñadas para “aguantar” 40 años. No ha dado tiempo en 100 años a que nuestra genética se modifique y se adapte a la longevidad actual. Por tanto, parece lógico pensar que la artrosis depende de la edad y que no se puede hacer mucho por evitarla o prevenirla. Veremos que no es del todo así.
Artrosis y estilo de vida
Se han realizado numerosos estudios epidemiológicos tratando de analizar la relación entre la artrosis y la obesidad, la hipertensión arterial y ciertos marcadores sanguíneos.
Empecemos por la obesidad: aparte de que es evidente que tener sobrepeso supone una mayor carga constante sobre ciertas articulaciones como la cadera y la rodilla, la obesidad está asociada con mayores niveles de inflamación debido al exceso de tejido graso, y esta inflamación afecta a todos los tejidos, incluyendo el cartílago.
Respecto al colesterol, se ha visto en diferentes estudios realizados con resonancia magnética que niveles más altos de colesterol LDL se asocian con una mayor degeneración del cartílago, mientras que a mayor colesterol HDL en sangre el riesgo de desarrollar artrosis es menor.
También juega su papel en el desarrollo de la artrosis el metabolismo de la glucosa. Sabemos que la glucosa en sangre debe mantenerse en ciertos niveles. Si está demasiado elevada de forma mantenida, lo que se asocia a una mayor resistencia a la insulina, favorece la degeneración del cartílago y de los meniscos. El motivo es que la glucosa elevada (hiperglucemia) favorece la inflamación, y ésta la pérdida de grosor del cartílago.
Por último, también influye en el desarrollo de la artrosis la tensión arterial. En este sentido, la hipertensión arterial parece predisponer al desarrollo de la artrosis, según estudios epidemiológicos, por alterar la irrigación sanguínea del cartílago y del hueso.
¿Conclusión?
Tanto la obesidad, como el colesterol, la glucemia y la tensión arterial dependen en gran parte del estilo de vida, cuyos dos factores con mayor peso sobre la salud son el ejercicio físico y la alimentación. Por tanto, el estilo de vida puede tener una influencia notable en el desarrollo o no de la artrosis. No obstante, la edad conlleva más años de uso de las articulaciones y por tanto un mayor desgaste del cartílago, por lo que no deja de ser uno de los principales factores asociados a la artrosis.
El mensaje con el que debemos quedarnos es que cumplir años no nos condena a padecer artrosis, y tampoco es una cuestión de suerte o azar. Cuidarnos durante toda la vida realizando ejercicio físico con regularidad y llevando un patrón de dieta sano como la dieta mediterránea nos ayudará a prevenir la artrosis, o al menos a que ésta nos afecte menos a nivel funcional.
Dejamos aquí abajo el link de un artículo científico que habla de todo esto con más detalle, citando todos los estudios epidemiológicos de los que se extrae la información de este post:
https://www.mdpi.com/2075-1729/13/3/730